Su origen podría provenir de las influencias extranjeras venidas de África y de Oriente y es el único indicio existente de la 1ª oleada de Cristianización de la Isla. Se cree que el edificio fue construido de manera apresurada y por una Comunidad de Monjes pobres en el siglo IV-V d.C, pero, con la incursión de los normandos (si, hasta aqui llegaron) en la Isla en el año 859, el templo y todas sus dependencias fueron quemadas, aunque posteriormente serian ocupadas por Comunidades Árabes, debido a la presencia de gran cantidad de cerámica Islámica. Entre 1951 y 1952, la basílica fue redescubierta por encargo del obispado de Menorca. Pese a los avatares históricos que ha sufrido se encuentra en un estado bastante aceptable.
El edificio, esta dispuesto en una orientación este-oeste y que según los expertos podría haber tenido una capacidad para 300 personas, siendo uno de los monumentos de mayor tamaño y de mayor calidad estructural de entre las iglesias que se conservan de este período. Esta formado por un templo de planta rectangular, formado por tres naves separadas por seis pilastras cuadrangulares, que estuvieron rematadas por arcos. Tiene unas dimensiones de 21×11 metros, y su vestíbulo mide 11×2,75 metros.
Una de las partes más espectaculares del edificio, situada en la nave izquierda, es una pila bautismal de piedra cilíndrica monolítica (poco común en este tipo de construcciones), formada por un monolito cilíndrico al exterior y en forma de cruz en el interior, está situada en el compartimento izquierdo de la cabecera. Al oeste tiene el pórtico con tres entradas que dan acceso al nártex (lugar donde se situaban los fieles que todavía no habían sido bautizados), desde este punto se abren tres naves separadas por pilares que mueren en la cabecera, que también es tripartita.
En el exterior de la basílica podemos contemplar una auténtica necrópolis de tumbas excavadas en la roca, veinte cuevas muy usuales en toda la Isla, y que tienen su culmen en la espectacular “Cales Coves“.
Además, se han descubierto restos de una calzada romana que procedente de la vía principal que recorría la Isla que fue reconstruida por Trajano, bordeaba varios poblados talayóticos hasta llegar a Son Bou, que era un lugar de gran abundancia de agua potable, debido a los Barrancos que caen a esta vertiente.
Es una raza que siempre ha sido apreciada, ya sea para el campo como para la equitación. Nunca ha estado en peligro real de extinción, ya que hace doscientos años que se utilizan en las fiestas de Sant Joan
Un talayot (del catalán ṭalaiot, atalaya pequeña1) es una construcción turriforme prehistórica de las islas Gimnesias (Menorca y Mallorca). Al ser el monumento prehistórico más abundante en las dos islas, dio nombre a una de las etapas más estudiadas de la prehistoria balear: la cultura talayótica.
El primer autor que se ocupó de estas estructuras fue Joan Ramis, en 1818, en su obra Antigüedades célticas de la isla de Menorca, que es el primer libro en castellano íntegramente dedicado a la prehistoria.
CUEVAS
VISTA DESDE LA CARRETERA
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